Evaluaciones múltiples
En resumen, aplicar evaluaciones múltiples según “las creencias” de algún directivo y/o porque están disponibles en algún software, sin la participación de un experto, forma parte de las razones del mal uso, solo por citar una de las más frecuentes.
Por nuestra experiencia en consultoría, podemos agrupar las malas prácticas en dos grandes tipos: deficiencias en el diseño de la herramienta y, en un caso opuesto, organizaciones que cuentan con una buena herramienta que se aplica de manera deficiente o para un propósito equivocado. Con estas dos problemáticas podríamos sintetizar las deficiencias de procedimiento.
En esta obra se verán las diversas situaciones que pueden presentarse, para evitar la mala utilización de buenas herramientas, y hacer una mejor elección y diseño de estos recursos. Hay apartados donde se describen las buenas prácticas y otros donde se aborda el mejor camino para su aplicación.
En mi rol de speaker con frecuencia me consultan sobre diferentes aspectos relacionados con las evaluaciones múltiples, aunque otro haya sido el asunto de la conferencia en cuestión. Por un lado, se advierte la preocupación por medir, cómo hacerlo, la confiabilidad o no de las opiniones recibidas por los evaluadores, y, por otro, se revela la utilización “no apropiada” de las mediciones realizadas, en algunos pocos casos historias que, si no fuese porque involucran a personas (los evaluados), podrían resultar divertidas.