Mismatch. Cómo la inclusión da forma al diseño, la tecnología y la sociedad

La inclusión no es agradable. Es desafiar el status quo y luchar por victorias duramente conseguidas. Es una oportunidad para ser claros y mejorar rigurosamente nuestro léxico para inclusión. Podemos trabajar para aclarar qué queremos decir y por qué nos importa. Podemos crear mejores recursos a través de la educación y la concienciación. Si tienes dudas, no supongas, simplemente pregunta.

Las palabras tienen el poder de facilitar o congelar el progreso hacia la inclusión. Sin un lenguaje compartido, los equipos luchan para producir resultados tangibles. El tema, a menudo, puede cargarse emocionalmente si los prejuicios personales y del dolor dominan la conversación. Construir un vocabulario mejor para la inclusión comienza con la mejora del limitado que existe hoy en día. A veces usamos palabras que lastiman a las personas. Lo más importante es lo que hagamos a continuación.

2. La inclusión es imperfecta

El segundo temor es hacerlo mal. Y es probable que así lo hagas, en un principio. Es probable que nunca logres una solución perfectamente universal que funcione para todo el mundo en todas las situaciones. Una preocupación común de los diseñadores es ser forzados a crear un diseño con un denominador común mínimo. Tratar de complacer a todos no es bueno para nadie.